Tres días disfrutando Barcelona (I)

teleferico

Ruidosa, culta y rebelde, disfrutala desde ascendiendo las torres de la Sagrada Familia, bailando sardana en el Parque Güell y rezando en Santa María del Mar. Pero para eso te ofrecemos varias instrucciones, para que puedas vivrla en todo su esplendor.

PRIMER DÍA:

En la Barcelona pasa al Can Maño por gambas y chipirones antes de tomar el teleférico, sobrevolando la ciudad hasta la colina de Montjuic. Allí, piérdete por el cementerio o parque botánic, y disfruta de la vista desde la piscina olímpica; recorre los jardines de la Fundación Miró, y conozce la mayor colección de arte romántico en el Palacio Nacional, o aplaude el pabellón Mies van der Rohe. Baja a la Plaza España y almuerza en La Parra, empezando por pan con tomate.

Acércate hacia la Rambla del Raval y el gran gato de Botero. Busqua la Central del Raval, librería y cafetería de 850 metros cuadrados en una capilla gótica. Desembocaras en la Plaza dels Angels junto al Museo Arte Contemporáneo MACBA, que cobija a Calder, Miró y Tápies. La vida allí corre junto a skaters, cafeterías, el mural de Chillida, grafittis y una capilla que esconde exposiciones. Pasa al Organic de comida sana. Cambia al Barrio Gótico.

cafe zurich

Al cruzar la Rambla chequea antiguas farmacias y la firma de Miró  en el suelo, casi al llegar a Plaza Cataluña, donde está el famoso café Zurich Serpentea y resguárdate de la multitud en la Plazas del Pi, del Rei y Sant Felip Neri, esta última con la iglesia de 1752 cuya fachada registra metralletas de la guerra civil. Busqua detrás de Sant Jaume, en Paradis 10, las columnas del Templo de Augusto, de más de dos mil años.

No te olvides de pasar a saludar a las ocas que viven en el claustro de la Catedral de Santa Eulalia, parece que se han contagiado del silencio del lugar por lo apacible que son. Vuelve al Raval, al bar Marsella que, desde 1820 ofrece absenta. Con la cucharita, azúcar y fuego que disfrutaron aquí Dalí, Picasso y Heminway.

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