Ubicado en pleno desierto, en Mali, encontramos un lugar de gran belleza que se alza imponente sobre el constante paisaje, para conquistar con su singularidad a los viajeros que desean conocerlo.
Se trata de la ciudad de Djenné y una construcción sorprendente, la hermosa mezquita, la cual se destaca de las demás viviendas ya que estas son más humildes que la magnífica edificación religiosa.
La mezquita original fue levantada durante el siglo XIII, mientras que la reciente se levantó hace solamente un siglo y es a los habitantes de la localidad a quienes debemos agradecer la posibilidad de apreciar su magnitud ya que son ellos quienes la restauran tras los daños que causa la lluvia.
Otro de los atractivos de la zona es sin dudas el mercado que cada lunes se establece frente a la gran obra y es allí donde se ubican los comerciantes de diversos orígenes para ofrecer sus mercancías.
Dentro de la gama de productos podemos encontrar desde alimentos como verduras, pescado, hasta joyas de plata, perfumes, aceites, hierbas medicinales entre otras ofertas que interesarán a más de uno.
Vía viajeaafrica.com
