Desde el corazón del área de distribución del oso pardo, la Casa del Oso ofrece a todos sus visitantes la posibilidad de disfrutar de los tesoros naturales que esconden las montañas asturianas. Los más atrevidos podrán adentrarse en el desfiladero de las Xanas, una abrupta garganta caliza por la que discurre unas estrecha vereda, o seguir la Senda del Oso.
Esta última es una pista mixta, cicloturística y peatonal, de casi veinte metros de recorrido, en la que se debe ciurcular con precaución. El complejo de la Casa del Oso está integrado por un edificio, ubicado en la antigua casa rectoral de Proaza, y un cercado de osos, situado en la desembocadura del arroyo de la Mesa. El cercado es un símbolo vivo de los esfuerzos del pueblo asturiano para conservar el oso pardo.
Las actividades que puedes realizar son el senderismo, con diez rutas distintas, exposición permanente sobre el oso pardo y los problemas que plantea su conservación en la cordillera Cantábrica, y proyección de documentales sobre la especie.
