Tournai, una de las ciudades más atractivas de Bélgica es la dueña de uno de los campanarios más bellos y más antiguos de Europa. Se trata de una imponente torre de origen medieval que cuenta con 72 metros de altura y para alcanzar su parte más alta se deben recorrer 256 escalones.
Pero hagamos un poco de historia. El Campanario de Tournai se comenzó a construir por el año 1188 cuando el Rey Augusto de Francia declaró a Tournai población libre y entre los privilegios otorgados se autorizaba a levantar una campana que sirviera para dar los avisos necesarios al pueblo.
Originalmente la construcción cumplió las funciones de lugar de vigilancia ya sea para divisar a enemigos o también incendios aunque debemos decir que la edificación que vemos actualmente no es el campanario original ya que a mediados del año 1391, un enorme fuego lo destruyó por completo.
Tras los daños provocados por el incendio, el Campanario de Tournai se volvió a levantar colocándole nuevas campanas y también con grandes cambios en su ornamentación exterior.
Muchos siglos después, ya en 1827, se reutilizaron algunas de las estancias principales del interior del campanario para albergar presidiarios, pero en la actualidad se ha restaurado por completo luciendo en todo su esplendor e inclusive cuenta con un importante sistema tecnológico que permite a los visitantes realizar un recorrido multimedia por su historia.
Este ícono arquitectónico de Tournai forma parte de los tantos campanarios de Bélgica y de Francia que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Vía│Sobre Bélgica
